Fue cuando recordé la primera vez que, siendo niño, encontré a mis padres haciéndolo. Creo que había tenido una pesadilla y fui a buscarlos. Mi padre se quedó estático pero mamá se incorporó, se puso una bata y me alzó en brazos. Debían ser de noche porque solo recuerdo sus sombras cuando entré al cuarto y que mamá encendió las luces del pasillo mientras me llevaba de vuelta a mi habitación. Mamá me dejó sobre mi cama y me arropó. Mi curiosidad e inocencia innatas me hicieron hablar. La pesadilla estaba casi olvidada.
—Mamá, ¿qué hacían papá y tú?
—Nada cariño. A veces, cuando la gente se quiere mucho, hace eso.
—¿Qué es eso, mamá?
—Lo aprenderás cuando crezcas. Es así como mamá y papá hacen bebés.
—¿Estaban haciendo un bebé?
—No cariño. Estábamos recordando cómo te hicimos a ti.
Aquello me hizo sonreír. Mamá me estaba arreglando los rizos sobre la frente.
—Mamá…
—¿Sí, cariño?
—Cuando papá y tú hagan un nuevo bebé, ¿me lo dirás?
—Claro que sí, amor. Y te dejaré jugar con él cuando nazca.
—¿Qué es nazca mamá?
—Es cuando un bebé sale de la barriga de mamá.
—¿Por qué sale de tu barriga?
—En realidad los bebés están en el útero de mamá, pero cuando el bebé está allí, a mamá le crece la barriga, entonces todos dicen que está en su barriga. Luego el bebé viene a casa.
—¿Pero por qué no viene a casa y ya?
—Porque los bebés empiezan siendo pequeños. Tú antes eras más pequeño, mucho más pequeño —mamá juntó mucho el pulgar y el índice y yo la miré incrédulo—. Cuando los bebés están en la barriga de mamá son tan pequeños que deben quedarse allí hasta que sean más grandes. Si viniera de frente, sería tan pequeño que lo perdería.
—No es verdad, mamá, tú nunca pierdes nada.
Ella se rió. Fue con mi madre que aprendí a amar las risas contagiosas por encima de las risas bonitas.
—Es cierto, cariño. Pero tu papá sí. Y a veces a tú también. Mejor dejamos que crezcan en mi barriga y así cuando venga, podemos verlo todos. ¿Qué dices?
—Sí, mamá.
—Pero vas a tener que esperar.
—Sí, mamá.
Con aquello, me besó la frente.
—Buenas noches, cariño.
—Buenas noches, mamá.
Al día siguiente, un conductor borracho chocó el carro de mi madre. Aún sigo esperando por ese hermanito que no debía perder.
PD. A veces me visitan personajes. No sé de qué historia vienen, pero me hacen escribir hasta terminar lo que quieren decir. No sé quién es este chico, pero su relato fue algo que vino a pedir que lo escribiera. Eso.
Me encantó :)
ResponderEliminarQué bueno, gracias :)
EliminarWow! Si sabes que eso fue asombroso, no?
ResponderEliminarjajaja, gracias!
Eliminar¨amar las sonrisas contagiosas por encima de las risas bonitas'' perfecto
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