domingo, 4 de noviembre de 2012

Ella: ¿Hola?....¿Aló?.....Oiga, si no dice nada, cuelgo en cinco segundos. Cinco...cuatro...tres...dos...
Él: Hola, ratona.......................................Di algo, por favor.
Ella: Hola. 
Él: ¿Cómo estás?
Ella: En shock. No, espera, no sé. ¿Eres tú?
Él: Eso creo.
Ella: Me has dicho ratona. Eres tú. 
Él: *Se ríe. Justo como recordaba. Grave, ronco, suave* Creí que era el número de tu padre. Hace un minuto cobré el valor para marcar. El tuyo desapareció desde octubre del 2007.
Ella: Me robaron el celular en mi cumpleaños, y mi papá me dio el suyo antes de ir a la universidad.
Él: No sabía. Cuando contestaste iba a colgar. Pero hiciste la cuenta regresiva y te reconocí. 
Ella: Bien. 
Él: Sí. 
Ella: Entonces...tengo curiosidad.
Él: Creo que naciste así, ratona.
Ella: No me digas así. Ya tengo 19 años.
Él: Lo siento.
Ella: Ya.
Él: Lo siento mucho. Por todo. También no haberte llamado por tu cumpleaños. 
Ella: No importa.
Él: Sí importa. Me importa mucho. Amas tus cumpleaños. Y lo siento muchísimo, ratona.
Ella: Ya estoy grande para que me digas así. En serio, crecí.
Él: Siempre serás mi ratona.
Ella: No digas eso. 
Él: Lo siento, hablaba en pasado
Ella: No es cierto. Dijiste "siempre serás".
Él: Entonces hablaba en sueños. Siempre fui un soñador y un sonámbulo. 
Ella: Sí.
Él: Pero eso ayudaba, ¿cierto?
Ella: A veces.
Él: Dime que no sigues haciendo lo que te dije.
Ella: ¿Por qué no lo haría? Funciona. Y gracias, creo que nunca te dije gracias. 
Él: No es eso...era una forma sutil de preguntar si aún las tenías.
Ella: Nunca se van. Ahora me dejan por días, semanas incluso. Pero regresan, como siempre.
Él: Son solo malos recuerdos, ratona. Todas ellas. 
Ella: Pero es mi pasado. Sabes que siempre estoy orgullosa de mi pasado porque...
Él: Porque si no, tal vez ahora no serías la misma. Lo sé. 
Ella: Siempre sabes. 
Él: Te he extrañado. Te extraño. Todo nos salió mal, ¿no?
Ella: Sí, mucho.
Él: Si las cosas hubieran sucedido de otro modo...odio el pasado.
Ella: ¿Ves? Allí ya no hablas en pasado. Es presente y es un condicional.
Él: Y también una lástima.
Ella: ¿Por qué ahora?
Él: No sé, porque cobré valor. Pensaba en la luna, pensaba en la portada del libro, pensaba en ti.
Ella: Ahh, vale.
Él: ¿Ratona?
Ella: ¿Sí?
Él: ¿Hay alguien?
Ella: ....no.
Él: Has dudado. 
Ella: Y te he dicho que no. 
*Silencio. Uno largo.*
Él: Debo irme, para no perder la costumbre. 
Ella: Yo me fui, también.
Él: Pero nunca me rompiste el corazón al hacerlo.
Ella: Mi corazón no se rompe. Está hecho de polvo de estrellas.
Él: ¿Aún recuerdas eso?
Ella: Sí. 
Él: Gracias. En serio. Te quiero, ratona. Sabes que te quiero.
Ella: Sí. 
Él: ¿Algún día?
Ella: Tal vez. Nunca digas nunca. 
Él: Nunca dejaré de llamarte ratona *Risa. Otra vez. Especial*
Ella: Entonces tengo esperanzas. Y ahora también tengo tu número.
Él: Este no es mi número.
Ella: Bien. Tienes el mío. Solo tengo que esperar.
Él: Tranquila. Tu corazón está hecho de polvo de estrellas. A las estrellas se les piden deseos. 
Ella: ¿Y a quién le piden deseos las estrellas?
Él: A las chicas a las que muero por besar y susurrarles un apodo al oído. 
Ella: ¿De verdad?
Él: Sí, ratona. 

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