A veces te extraño
Y a veces no
El problema es que a veces te amo
Y a veces no.
De esos intentos de versos que lees o se la sacas a golpes a la
inspiración. Los degustas, los saboreas, los miras con desconfianza y terminas
escribiéndolos en un lugar idiota estratégico donde puedas encontrarlos meses después,
como la primera página de uno de tus libros.
De esos versos que encuentras un día como hoy y no recuerdas si te los inventaste tú. Los lees quince veces (ok, tal vez fueron dieciocho pero shh)
hasta finalmente admitir que cuando los escribiste, tenías un motivo. Tal vez
advertirte a ti misma o sacarte una sonrisa.
De cualquier modo, funciona.
Gracias, yo del
pasado.
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