Hemos caído en la rutina.
En una que esconde el miedo de hacer algo diferente y malinterpretarlo.
De necesitarte.
De nunca tener suficiente.
De odiar el tiempo que se escurre entre mis dedos.
De la adicción que temes convertir en vicio.
De poder hablar sobre todo pero no decir nada.
De esperar que pasen las horas y la intensidad me deje respirar.
Hemos caído en una rutina frágil que en algún momento va a derrumbarse.
Y, al mismo tiempo, en el reto de no ser quien caiga primero.
la monotonía es cruel
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