martes, 31 de julio de 2012

Mami, me quiero ir a Argentina (parte I)


Sí, Argentina. Es que, verán...

Cuando decidí estudiar publicidad, me prometí acabar la carrera y llevar una maestría allí (igual que en Brasil, México e Inglaterra).

Desde el segundo en que vi mi primer spot de publicidad argentina, me enamoré.

Cuando supe que había teatros y cines por doquier, lo anoté en: “lugares en los que debo vivir alguna vez”.

Pero, sobre todo, desde el segundo en que yo chica-enamorada-de-los-acentos, oí hablar a un argentino, supe que estaba perdida.

TENÍA que ir allí.

¿Problemas?

  1. El papeleo. Tenía 16 años cuando junté todo lo mencionado anteriormente. Y viajar siendo menor de edad es un poquito complicado si tus padres (quienes tendrían que firmar todo) viven a más de 700 km.
  2. Dinero.  Resultaba muy jodido de mi parte pretender sangrar más a mis padres, después de que aceptaran con dificultad mandarme a vivir lejos, en la capital y pagarme una de las (incluso con mi beca) universidades más caras del país (perdónenme, algún día se los pagaré, lo juro).
  3. Tiempo: ¿En qué momento iba yo a viajar por más de un mes a Argentina si me pasaba las vacaciones en el ciclo de verano de la universidad para adelantar cursos o regresando a mi ciudad natal para ver a mi familia y amigos?
  4. ¿A quién mierda conocía yo en Argentina?

Y bueno, eso.
Hace cinco meses, hice un recuento.

  1. Había cumplido la mayoría de edad: ¡Viva yo! En serio, llevaba siglos esperando por hacerme mayor de edad: jode que todos en tu ciclo tengan 20 años y a ti no te dejen pasar en la discoteca si tienes la mala suerte de que el guardia decida que tu mini, los tacos y el maquillaje no son suficientes (aunque me han ayudado más veces de las que puedo recordar).
  2. Se me vencieron los plazos para postular al intercambio universitario porque no quería irme a Salamanca, y la única universidad argentina tenía periodismo, no publicidad. Y NO quedaba en Buenos Aires.
  3. Mis cines culturales favoritos empezaron a ser cada vez más escasos en ciclos de cine (o los hacían cuando yo estaba en clases).
  4. Mi familia decidió ir a Buenos Aires en vacaciones. Pero a último minuto, eso de “conoce primero tu país y bla bla bla” nos mandó por todo el sur de mi país hasta la frontera (y a Chile, claro)
Y me dije: “Ya va siendo hora, algo tengo que hacer, no me puedo quedar con las ganas”
Entiéndase: Me moría por irme, pero no tenía con qué.
Y así, en avalancha, me llovieron novedades.

  1. Conseguí trabajo. Un buen día estaba yo a dos metros de la puerta de mi casa, lista para salir, cuando una de mis mejores amigas me llama. “Necesitan gente en mi trabajo, ¿no te quieres venir para una entrevista?”. Desempolvé mi única ropa formal, agradecí a los cielos que hubiera adelgazado y me entrara una blusa que me compré con quince años. QUINCE. Y bueno, unos días después ya había firmado mi contrato y esas cosas.
  2. Conocí a una argentina loquísima, divertidísima, hermosísima y todos los “ísimas” lindos que se les ocurran que luego de contarle mi plan me ofreció la posibilidad de vivir en su departamento. 
  3. Descubrí que de tanto matarme otros años llevando 7 cursos por ciclo, perder veranos y todo, podía tomarme un verano libre y aún así acabar la universidad en cinco años y con especialización.
  4. Me enamoré de un argentino (de un gato argentino, pero me enamoré) 

¿Alguien dijo señales?

Las señales son importantes (lo siento Tassi, LO SON).

Así que agarré y dije: “A la mierda con todos, este verano me voy a Argentina y conozco al gato-amor-de-mi-vida.” *ejem* Digo, “Este año voy a Argentina y conozco a las locas amigas que tengo allá, visito cines y teatros como posesa y  estudio todo lo que pueda estudiar”.

Solo faltaba un minúsculo pero importante detalle: tenía que hablar con mis padres. 

5 comentarios:

  1. CHAN CHAN CHAAAAAAN >.<! Los padres...
    Nuestra peor pesadilla xDDD ok no ._.

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  2. 2. Conocí a una argentina loquísima, divertidísima, hermosísima y todos los “ísimas” lindos que se les ocurran que luego de contarle mi plan me ofreció la posibilidad de vivir en su departamento.
    (AJÁ! SABÍA QUE ME ESTABAS ENGAÑANDO CON ALGUIEN MÁS! ¬¬ ME CAMBIASTE POR OTRA! Y yo que quería que vengas a mi casa .. u.u)

    4. Me enamoré de un argentino (de un gato argentino, pero me enamoré)
    (Y qué gato, eh! El mejor del mundo ♥)

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    Respuestas
    1. Ahhh, tenías trastorno de personalidad múltiple, lo sabía!!


      PD. Ahora que lo pienso....¿es este tu mejor intento de retirar tu invitación? Mujer! sé más original!

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  3. Ah, me olvidaba de algo.
    El temita este de las señales .. mirá nena .. mirá, no me hagas hablar, ¿querés?
    Las señales, las benditas señales.
    ¡NO hay que hacerles CASO!
    Hay que seguir fumando, compartiendo fotos por msn y .. .. ¿algo más? Bah, sólo eso por ahora .. POR AHORA.

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  4. amo a los argentinos!! (hombres!!!!!!!!!!!!) me vuelven loca los prefiero a ellos en vez de mis compatriotas hombres :)

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